Entrevista publicada no Volume 7 (2018) da Revista Eletrónica de Linguística dos Estudantes da Universidade do Porto – Revista elingUP (<https://ojs.letras.up.pt/index.php/elingUP/article/view/5075/4739>).
O Professor Doutor Ignacio Bosque é doutorado em Filologia Hispânica e professor catedrático na Universidad Complutense de Madrid desde 1982. É ainda doutor honoris causa por várias universidades.
É especialista em gramática espanhola e teoria gramatical. Foi o principal organizador da Nueva gramática de la lengua española (2009) e do Glosario de términos gramaticales na Comisión Interacadémica de Gramática.
A sua enorme relevância no estudo da língua espanhola foi motivo para a presente entrevista da revista elingUP. Esta entrevista foi realizada por escrito através de suporte eletrónico. Esperamos que o resultado final agrade e interesse a estudantes, investigadores e ao público em geral. Para nós, entrevistadores, foi uma oportunidade marcante de crescimento pessoal e científico. Por isso, e pela disponibilidade e simpatia, agradecemos ao Professor Doutor Ignacio Bosque.
1- El análisis lingüístico en España, especialmente en una perspectiva sincrónica, aparte de algunos trabajos académicos/obras de finales del siglo XIX y de principios del siglo XX, no tenía gran tradición ni dimensión en su juventud. De modo que, ¿qué es lo que le ha atraído hacia esta área y cómo es la sensación de empezar en un 'desierto' en términos de investigación hecha?
En mi juventud se trabajaba en gramática, desde luego, pero esta no era para casi nadie una materia central. En casi todas las universidades se enseñaba una variante de la gramática estructural que se acomodaba bastante bien con la gramática tradicional. A lo largo de mi licenciatura (hoy se llama “grado”) tuve dos profesores muy interesados en la gramática generativa, y a ambos les debo el estímulo inicial, la idea que en este campo había unidades de análisis diferentes, y también problemas y desafíos absolutamente nuevos. Luego amplié estudios en California, en los que pude comprobar —y hasta intentar llevar a la práctica— esas ideas incipientes. Lo cierto es que tener a dos profesores interesados en tales cuestiones en la licenciatura de aquellos años en Filología Hispánica era algo casi insólito.
2 - Dentro de los proyectos que ha venido desarrollando en la Lingüística, destaca en la rama de la sintaxis. La Lingüística tiene un vasto e interesante conjunto de opciones, siendo así, ¿cuáles fueron las principales razones que lo llevaron a preferir sintaxis?
Al principio me interesó también la morfología, y todavía me interesa, aunque me atraen especialmente los aspectos de la morfología que tienen relación estrecha con la sintaxis. El gran atractivo de la sintaxis radica, en buena medida, en que es una disciplina absolutamente composicional, como lo son la música, el ajedrez, la arquitectura, la química y tantas otras materias. No es posible trabajar con “listas previas de objetos construidos”. En morfología no es así, con unas pocas excepciones. Antes de empezar una investigación morfológica, tenemos sobre la mesa la lista completa de verbos que presentan irregularidades vocálicas, o la relación completa de palabras que terminan en -dorio o en -ificar. Nada de esto existe en la sintaxis. Aplicamos progresivamente reglas y principios —tan restrictivos como versátiles y potentes— y armamos con ellos formas y significados de gran complejidad interna.
3 - La sintaxis ha cambiado mucho con el tiempo. Su análisis ha seguido un proceso de investigación continuo y dinámico, que implica el rediseño y a veces el abandono de perspectivas aparentemente válidas. Como usted ya ha recorrido un largo camino en la sintaxis suponemos que habrá puntos de vista que tenían como un joven investigador y ahora ya no tiene o que, en cambio, ha reformulado.
Durante unos años fui semántico-generativista. La semántica generativa desapareció, por razones justificadas, pero una parte de lo que sostenía sigue en pie (basta leer a Hale y Keyser y a los autores influidos por ellos). Creo que con el tiempo se ganan fundamentalmente dos cosas. Una es cierta capacidad argumentativa y de relación, sobre todo para poner en contacto fenómenos aparentemente dispares; la otra es distancia, perspectiva y visión de conjunto. Los instrumentos teóricos están a nuestro servicio, no nosotros al suyo. A algunos autores les importa especialmente destacar su “militancia” en una corriente teórica determinada (pongamos por caso, la Morfología Distribuida). Para mí cada problema lingüístico es un desafío. Las herramientas teóricas necesarias para resolverlo tendrán que ser de precisión, sin duda, pero pueden venir de un sitio o de otro. Es importante, además, desarrollar cierta capacidad de observación, una tarea que pocas veces se practica con los alumnos. Lo cierto es que algunas secuencias que empleamos a diario no encajan en nuestros modelos de análisis lingüístico, lo que nos exige modificar estos, sin duda.
4 -Su investigación se ha centrado en la sintaxis y en el léxico de la lengua, sin embargo, ha investigado un poco de todo. En su opinión, ¿cuál es el área que ha registrado más desarrollos y, dentro de ellos, cuál es el mayor de todos?
La sintaxis formal es una disciplina nueva, ciertamente, aunque la gramática haya existido siempre. Una de las aportaciones más importantes del modelo de Rección y Ligamiento (ingl. Government and Binding, GB) fue deshacerse de las construcciones como primitivos, lo que implicaba romper con una tradición de siglos. Creo que muchos de los que trabajan en otras teorías no apreciaron la importancia de esa aportación. De hecho, es curioso que la reciente gramática de construcciones defienda exactamente lo contrario que el modelo GB, y aún lo es más que no se intente establecer ningún diálogo entre teorías que poseen principios teóricos tan claramente contrapuestos. La relación entre léxico y sintaxis es otro campo que ha experimentado también grandes avances, aunque todavía es mucho lo que queda por hacer en él. Mis trabajos sobre las llamadas “colocaciones” constituyen una muestra de que un gramático puede acercarse al terreno de los lexicógrafos y los lexicólogos. Sería bueno que estos se acercaran también a los ámbitos de trabajo de los gramáticos. Estoy seguro de que tendrían mucho que aportar.
5- También se ha interesado por aspectos más aplicados: la relación entre la investigación en la Lingüística y en la enseñanza de la gramática, tanto en la enseñanza superior como en la no superior. ¿Cree que en España existe una gran separación entre la investigación y la aplicación?
Sí, y especialmente entre la enseñanza y la investigación. Es mucho lo que hay que cambiar en la forma de enseñar gramática, tanto en Secundaria y Bachillerato como en la Universidad. El grupo GrOC (http://groc.info/es/), con el que colaboro desde hace unos años, está desarrollando algunas iniciativas muy interesantes. En cualquier caso, el cambio será lento porque afecta sobre todo a la formación de los profesores. En cuanto a la investigación, cada vez es mayor la distancia que existe entre las cuestiones que se investigan y las que es posible enseñar en los cursos de Grado. No debería ser así, pero desafortunadamente lo es.
6- Usted ha mantenido, a lo largo de los años, una relación con la Universidad de Porto, en particular con el CLUP. ¿Cree que las colaboraciones entre los lingüistas de Portugal y España son habituales o su caso es una excepción y trabajamos de espaldas?
Quizá no tengo suficiente información sobre este asunto, pero mi impresión es que los contactos son todavía escasos. El CLUP es un centro extraordinario. El nivel medio de sus investigaciones es excelente, como lo es la capacidad de esfuerzo, de colaboración y de estímulo de sus miembros. Yo diría que en España solo tenemos algo parecido en el Centro de Lingüística Teórica de la UAB (http://filcat.uab.cat/clt/).
7- Usted coordinó, junto a la Profesora Violeta Demonte, una gramática monumental del español, no sólo del peninsular, sino también del hispanoamericano. ¿Cuáles fueron los mayores desafíos o dificultades a los que tuvieron que enfrentarse?
Sin duda, la multiplicidad de autores, de escuelas teóricas y de metalenguajes. Fue necesario pedir varias versiones a todos los autores para lograr una cierta uniformidad conceptual y un estilo expositivo relativamente similar. Creo que logramos salir de ese desafío razonablemente bien. Es una pena que la obra esté agotada y que —por el momento— no se piense en una reimpresión. Años después dirigí los volúmenes de morfología y sintaxis de la Nueva Gramática de las Academias de la Lengua Española (http://www.rae.es/recursos/gramatica/nueva-gramatica). Esta es una obra elaborada conjuntamente por las academias de la lengua de los 22 países hispanohablantes. Esta empresa colectiva presentó asimismo un buen número de dificultades, pero creo que también logramos superarlas en lo fundamental.
8- Teniendo en cuenta su experiencia en la Lingüística, nos gustaría saber cuál es el mayor desafío que enfrentará la Lingüística en los próximos años.
Es difícil saberlo, pero yo diría que uno de los fundamentales es la conexión necesaria entre las teorías lingüísticas y sus aplicaciones, sean o no tecnológicas. Pondré algún ejemplo. En muchos círculos de lingüistas teóricos está muy bien visto construir una teoría del léxico, pero está muy mal visto construir un léxico. Al parecer, si uno hace lo primero, debe mantenerse siempre en un plano suficientemente abstracto; tiene que introducir ejemplos, pero no demasiados, porque de lo contrario corre el riesgo de hacer “descriptivismo”, o incluso “lexicografía”, algo que tiene muy mala prensa en esos mismos círculos. Exagerando un poco, es como si en un colegio profesional de arquitectos se aceptaran proyectos, siempre y cuando uno no fuera a construir nunca el edificio proyectado. En general, la conexión entre los lingüistas teóricos y los especialistas en computación (entre otras ramas de la lingüística aplicada) es todavía escasa. Este es uno de los muchos campos en los que las cosas tendrían que empezar a cambiar.
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Agradecemos à Revista elingUP pela gentileza e disponibilidade em sua parceria com o Linguisticamente Falando.
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